Maria de Lourdes
- Embajadora de la Canción mexicana.
Maria de Lourdes nació el 30 de
diciembre 1939 en la Ciudad de México, hija de Alberto
Pérez Beltrán y Emilia López Santoyo. Como una niña muy chiquita,
era apenas dos años de
edad, se mudó con la familia a Zetal, una aldea en el estado de
Veracruz donde su padre
trabajó como profesor. Después de cinco años la familia volvió a
la Ciudad de México, a las
calles del barrio Tepito, donde Maria de Lourdes pasó la más grande
parte de su niñez. Este
período, sin embargo, fue interrumpido dos veces, es decir cuando la
alojaron por algun
tiempo en un monasterio de las monjas Franciscanas y más tarde, como
adolescente, cuando
se fue, junto con su hermano Rafael, al rancho de su tío y tía en
Salamanca.
Después de su regreso de Salamanca
Maria de Lourdes seguió un curso comercial de un año
y, todavía muy joven, empezó a trabajar como secretaria en la
empresa Tenería México, una
curtiduría.
Como una niña chiquita ya tenía
una predilección para cantar. En la escuela ella cantó los
papeles principales durante las festividades navideñas, llamadas las
pastorelas. Escuchando a
la radio llegó fascinada por la música mexicana. Sobre todo
cantantes como Jorge Negrete,
Lucha Reyes y Flor Silvestre ganaron su admiración. “Todavía era
muy pequeña cuando
escuché a esta música y desde este momento la llamó mi atención.
Me crecí con esta música y
cada día me la gustó más. Alimenté mi espíritu con todas estas
bonitas melodías”, según
Maria de Lourdes.
Su deseo de interpretar su misma la
música mexicana creció cada año, y todavía muy joven
ella empezó a cantar en fiestas, bodas, banquetes, es decir a
cualquier oportunidad que se
presentó. Durante un cazatalentos de la emisora XEQ ella llamó la
atención de la
organización. La recomendaron de tomar clases de canto de Paco de
Migueles, y con su ayuda
ella progresó enormemente. La ofrecieron un contrato fijo como
cantante en una boite y, a
pesar de las objeciones de su padre, aceptó ese trabajo. Ella comenzó
de ganar algun dinero y
así ayudó a su familia, que entretanto admitió que cantar era su
verdadera vocación.
“Me gusta mi
música, porque no es fingida, porque se conmueve a la gente, por su antologías
y armonías, porque su rica variadad nos lleva a los cuatro elementos
fundamentales de
México, el Cuerno de la Abundancia, mi patria” según Maria de
Lourdes en una de sus entrevistas. Y con respecto al contenido de sus canciones ella
continúa,
“cada uno del los
compositores mexicanos reflejan en su obra su propio sentimiento, así
dando a los intérpretes
la oportunidad de expresarse en una enorme gama variada de emociones.
Esperanza, engaño, alegría, venganza, desgracia, cariño, pasión, amor por el
campo; en
una palabra todas estas
fuentes de inspiración de músicos y poetas se tratan con emoción y
elegancia.”
A traves de la radioemisora XEQ se
mudó a la más importante XEW, donde se formó parte
del equipo fijo de cantantes y actuó muchas veces en vivo. En esa época
consiguió sus
primeras actuaciones por televisión y giras por la república
mexicana. La fama de Maria de
Lourdes creció rapido y en 1963 el presidente Sukarno de Indonesia la
invitó para una
actuación especial en su país.